El presidente de la Argentina, Alberto Fernández, encabezó en la localidad bonaerense de Salliqueló, junto a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, y al ministro de Economía Sergio Massa, la inauguración oficial del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), la obra de infraestructura más importante de los últimos 40 años planificada por el Estado nacional para lograr el autoabastecimiento energético del país y el cambio de su matriz productiva.
El primer tramo del GPNK, que quedó habilitado desde el domingo 9 de julio para funcionar tras completarse el llenado homogéneo de todo el ducto con gas natural, se extiende a lo largo de 573 kilómetros desde la planta compresora de gas en Tratayén, provincia de Neuquén, hasta la planta en Salliqueló, Buenos Aires, pasando por Río Negro y La Pampa.
El jefe de Estado remarcó que “no hay ninguna posibilidad de que un país se desarrolle si el Estado no está presente llevando adelante las obras que hacen falta”, y no se producen fuentes de trabajo.
Sobre la obra inaugurada, la vicepresidenta destacó que además de buscar exportar el recurso “queremos gas y petróleo para que nuestra industria sea más competitiva, y gas también para los hogares argentinos, porque no es justo que si tenemos la segunda reserva de gas del mundo no convencional y la cuarta en petróleo, nos quieran cobrar las cosas a precio dólar”.
Por su parte, el ministro Massa adelantó que en el mes de septiembre se llamará a licitación para el segundo tramo del gasoducto que irá desde Salliqueló hasta San Jerónimo, en Santa Fe, para “terminar de abastecer al Litoral argentino y empezar también a exportar vía sur de Brasil”, lo que consolidará al sector energético como el segundo generador de divisas para el país, además de encaminar definitivamente a la Argentina hacia la soberanía energética.
En esta obra de ingeniería planificada por la empresa estatal Energía Argentina SA (ENARSA), que generó 50.000 puestos de trabajo y fue construida en tiempo récord, se utilizó tecnología de última generación en el mundo para soldar los 47.700 caños del gasoducto, cuya traza atraviesa 85 cruces especiales de ríos, rutas, líneas eléctricas y ferrocarriles entre las cuatro provincias.
La construcción del GPNK contó con la participación de la UT que conformaron las empresas privadas nacionales Techint y Sacde, a cargo de 440 km de la obra, y de la compañía BTU a cargo de los 133 km restantes, en un gran despliegue de coordinación logística público privada que redujeron de 24 a 10 los meses de ejecución.
Las dos plantas compresoras del GPNK, la de Tratayén y la de Salliqueló, permitirán aumentar a 21 millones de m3 por día la capacidad de transporte del gas natural producido en Vaca Muerta, la segunda reserva de gas no convencional más grande del mundo, hacia los centros de consumo del país. También ayudarán a abastecer a precios competitivos la demanda industrial, comercial y domiciliaria en el país, con un ahorro de divisas por sustitución de importaciones de ese recurso de 4.200 millones de dólares al año.
Fuente: Presidencia Argentina